Historia

Es obligado el comenzar a narrar el nacimiento de la Agrupación de Cofradías, haciendo una breve rememoración de los hechos que dieron lugar a la constitución de esta asociación, y de sus componentes.

Las Cofradías en Vélez-Málaga, nacen con la introducción de la Religión Cristiana por parte de los Reyes Católicos en estas tierras, y que tanto arraigo tomaron, siendo sus principales impulsores los Frailes Franciscanos, que desde el primer momento, dieron facilidades a las personas interesadas en formas estas Hermandades dentro de sus templos, que en un inicio, en su gran mayoría, estaban ligadas a un gremio o profesión.

Así pues, con el devenir de los años y de los siglos, nos encontramos a fuertes Cofradías con grandes propiedades e ingresos, y otras Hermandades más modestas, que se conforman simplemente con recaudar lo posible para realizar su estación penitencial.

Varios fueron los atropellos que sufrieron estas asociaciones religiosas a través de los tiempos, siendo los más importantes las pestes y epidemias que mermaron bastante la cantidad de hermanos, pero sobre todo aquellas en las que las Cofradías sufrieron directamente, tanto las pérdidas materiales de objetos como de su identidad, entre las cuales se podrían destacar la Invasión Napoleónica, en la que éstos hicieron de la rapiña y desaparición de obras de arte y de aquellas piezas de metales preciosos, la Desamortización que conllevó el peregrinar a otros templos de aquellas imágenes que durante siglos habían ocupado sus capillas, y la principal y más desastrosa, sin duda alguna, fue la Guerra Civil de 1936.

En los días de la primavera de 1936, se producen revueltas populares contra la iglesia, que se saldan con el asalto y destrucción de los templos y todo aquello que contienen retablos, imágenes, tronos, objetos sagrados, tales como ropas, cálices, etc.

Es la tras la pérdida de todo el patrimonio cofrade y la instauración de un régimen eminentemente católico, cuando se producen las primeras fundaciones para reanudar la tradición cofrade de la ciudad, por lo que se recurre al rescate de las imágenes que fueron salvadas y que aquellos enseres y objetos que fueron ocultados para salvarlos de su destrucción.

La primera en ser fundada, en el año 1937 es la Cofradía del Santísimo Cristo de los Vigías, que se congrega alrededor del Cristo Crucificado que corona el retablo mayor de la Parroquia de Santa María de la Encarnación, siendo procesionado ese mismo año, por lo que se puede considerar la precursora de la recuperación de nuestra Semana Santa, procesionando durante varios años de las décadas de los 30 y 40, la actual imagen del Crucificado, según documentación escrita y fotográfica.

Más tarde, se recupera una imagen de la Virgen, que se hallaba a la entrada de la Villa y que era conocida por la Virgen de los Desamparados, para ser titular de una Cofradía pasionista (con algunas connotaciones que podríamos llamar políticas), ya que es llamada de los Excombatientes, claramente en recuerdo de los hechos acaecidos en fechas precedentes, aunque en años anteriores no hubiera sido Titular de ninguna Hermandad de Pasión, siendo la primera imagen de María Santísima que recorriera las calles veleñas tras los hechos mencionados.

Aparece en esos años, la cabeza mutilada del antiguo Señor del Huerto, que es restaurada por el imaginero granadino Domingo Sánchez Mesa, y pasa a formar parte de la Cofradía que ha mantenido la tradición procesionista durante siglos, aunque con un lapsus de varios años. También es encargada la reproducción de la devotísima imagen del Cristo de la Humildad que fue destruida, pero que no su memoria, y más por parte de sus cofrades, que conservan la magnífica túnica de su titular, haciendo el encargo al imaginero Sánchez Mesa.

Así mismo nace la Cofradía del Resucitado, que recoge el sentir cofrade que ha sido herido con la destrucción masiva de imágenes y sentimientos acumulados durante tantos siglos.

Con todo esto, las cinco Cofradías fundadas, que años más tarde se convierten en cuatro, por la fusión del Huerto y los Desamparados, entre todas ellas sienten como necesaria la creación de un organismo que sirva entre otros motivos, para aunar las peticiones y sentires de las Cofradías para exponerlos ante las autoridades tanto eclesiásticas como políticas.

Para la reorganización de la Cofradías, debido a la masiva destrucción de sus enseres, además de las imágenes y tronos, se hacía necesaria la colaboración del pueblo en general, pues se sabía que muchas personas habían conseguido salvar una parte importante del patrimonio cofrade en sus casas, en ocasiones, con verdadero peligro para sus vidas y las de sus familiares.